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Acerca de Enrique

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Una curiosa versión de mi C.Vitae- DICHO CV ESPEJADO:

Enrique Dick, ya conocido por sus lectores, amigos y camaradas – de allí que no desplegamos nuevamente sus jalones en la vida - usar el uniforme del Ejército Argentino, institución a la que le debe casi todo, ingeniero, historiador, coleccionista, filatelista, profesor emérito, académico y otros diplomas. Pero en su vida hay otros hitos que lo muestran curioso, decidido, convencido y comprometido y que sus lectores descubren al leer lo que ha escrito y encontrarse con cierto “investigador anónimo” que expresa lo que otros no deben… o pueden. Ese caminar está tachonado de enigmas que hacen a la historia grande y que son expresivos: no haber grabado y publicado la vida de su tío Paul Dick, paracaidista alemán en la GM II, la vida de la familia Bousquet en Flores, calle Curapaligüe 72, no poder ver de cerca el contenido de la valija de Edgardo, viajero en el Titanic, la escasa recepción de un libro de historias de Villa General Belgrano, las causas de no haber entregado el libro CITEFA y sus 50 años al personal de ese Instituto, los dos tomos de “Liceo” y sus efectos, el desperdicio de haber visto cómo una biblioteca se desprendía de sus libros más viejos por capricho, entre ellos la tesis del entonces capitán Riccheri, “Defense de la Belgique”, el inconmensurable valor de los Legajos de los protagonistas, el aporte de muchos estudiosos, el gran esfuerzo de continuar la saga “La profesionalización en el Ejército Argentino…”, cuyo tomo III se resiste, el querer saber dónde están las pertenencias del capitán de navío Langsdorff, la continuidad desafiante de “El Corvo”, y podría seguir. En mis escritos está gran parte de mi CV.

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Enrique les deja una primera versión de su  CV. ESPEJADO: estudió japonés cinco años y obtuvo nivel 4; estudia actualmente yiddish, voló diversas aeronaves, entre ellas el biplano experimental de Lorenzo Urdiain, con posterior emergencia "de 8 metros", Posee una colección de guías de turismo Baedecker de los años 10 y 20; se hizo buzo en la cuba y demoró en adaptarse a las aguas oscuras; en un salto en paracaídas quedó colgado en un árbol; practicó softbol y atletismo. en judo y aikido, no pasó del cinturón blanco; usa uniforme de la Patria desde los 12 años, sus recuerdos son para la familia, camaradas y amigos, por excelencia los seres queridos.

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General de brigada, ingeniero, historiador, profesor emérito, autor, Enrique se doctoró en Historia por la Universidad del Salvador, facultad en la cual, junto a la de Ingeniería del Ejército (FIE) y a la ENSAE en Francia, se acentuó su destino, ya que pudo consagrarse a publicar sus investigaciones, libros, ensayos, novelas, biografías, cuentos, manuales y memorias.

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Poco apegado a los acostumbrados CV, se sincera de otro, más abajo,  que llama CV ESPEJADO, virtual y vívido, en el que tallan la franqueza, la amistad y la camaradería en todo lugar y tiempo y que le otorgan la fuerza catalizadora necesaria para continuar por una senda más firme.

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Filatelista de sellos clásicos, ferromodelista (Märklin HO) numismático dedicado a las  medallas aeronáuticas, lector agudo, paracaidista, piloto, bibliófilo, coleccionista de pinturas navales, aeronáuticas y sobre todo las abstractas, armas blancas, pipas, son experiencias que le brindan un cierto equilibrio cuando escribe.

A ello, le suma su familia, que conjuga con los valores aludidos, una obra inspiradora fuera de su estilo habitual, para que el espectador viaje suspendido del nervio de cada capítulo y se dirija “mágicamente” hacia los fenómenos más imaginativos que jamás.

Enrique y los integrantes del Grupo Mágico fumaban, pero sabían taxativamente de los daños severos para la salud que conlleva el tabaco. Finalmente, lo escoltan veintitrés libros ya en circulación, tres en progreso (ver Mis Libros)  y otros con sus basamentos y muros a la vista. 

Para reforzar, este sitio despliega historias breves del pasado cercano y un Boletín, la "Bitácora". Recientemente, una sobrina le preguntó cuál libro le agrada más de los leídos. Respondí sin dudar, la saga del capitán Aubrey y el doctor Maturin de la marina real, cuyo autor fue Patrick O`Brian, 20 tomos que leí tres veces cada uno. Pero hoy puedo afirmar  que acabo de terminar los dos tomos de la biografía del teniente general Martín Antonio Balza, escrita por el doctor Germán Soprano, una obra brillante, absolutamente realista y convincente, de una erudición sin límite. Me honra conocer a Germán. Y de su lectura aprendí  varias temas interesantes. El general Balza cuenta que de joven oficial pudo leer las memorias del Mariscal Rommel, editadas por el Círculo Militar. Casualmente yo, en cuarto año del Liceo Militar, y en una charla con el entonces teniente Doglioli y habida cuenta de mi curiosidad, también fue el primer escrito de historia militar, sin saber de Balza, y él, nada de mi.

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Mis títulos y saber están al alcance, arriba o debajo. Otro, el CV- ESPEJADO, es curioso: visto el elegante uniforme de la Patria desde los 12 años; aprendí el japonés cinco años y obtuve el nivel 4; volé diversas aeronaves, entre ellas un Piper PA-11, helicópteros UH-1H, Cessna T-41, el biplano experimental de Lorenzo Urdiain, con posterior emergencia  "de 8 metros" y otras; escribí casi un centenar de ensayos, historias, cuentos y relatos, muchos impublicables; tengo una buena colección de guías de turismo Baedecker de los años 10 y 20; mi colección de boinas, distintivos y emblemas de paracaidistas es atractiva y no sabría cómo exponerla; visité Turquía dos veces y aprendí a regatear junto con esbozos del turco; mi biblioteca (más de 5000 volúmenes) está bien provista, con algunas, pocas, primeras ediciones y dedicatorias de autor; me jacto que mis acumulación de libros, tratados, ensayos, revistas, memorias, testimonios, diarios, etc., relacionados con el Graf Spee y su saga, es completa; presido desde 2012 el Círculo de Camaradería del Graf Spee en Argentina; practiqué softbol y atletismo (salto en alto), me fue bien, pero en judo y aikido, no pasé jamás del cinturón blanco; jugué al golf de la mano de Pepe Mancino pero no superé los 25 de handicap; hice equitación y salto con "Diputado", instruido por Gustavo Calvi, infante; como tirador, gané algunos concursos con pistola; hubiese querido tirar esgrima; no cocino, para nada, salvo asados, Goulash de ciervo con Spätzele y un Chucrut completo; fumo habanos, cigarros y pipa, objetos suntuarios y dañinos de los cuales tengo de todo, incluso un gorrito de fumador; fui invitado dos veces a realizar un posdoctorado en Gran Bretaña, referido a los fuertes ingleses alrededor de Southampton, siglo XVIII, pero no fui ¿y las razones?, son harto valederas; mis cursos, clases y seminarios fueron heterogéneos, algunos para olvidar, otros definitivos; ; en tal sentido, estudié en el extranjero, pero no fui "de los primeros" como se suele decir de los argentinos afuera;  se me considera, y yo doy fe, un teórico y analista más que práctico; pertenecí y soy miembro de muchas academias, institutos, círculos, asociaciones y centros y más, aunque casi no concurro; mis mejores recuerdos y valores son para la familia, los camaradas y amigos, que son por excelencia mis seres queridos. Y hace poco, se incorporó el perrito Schnauzer "Inu", color sal y pimienta, ojos vivaces, regalo de mi hermano Ronnie.

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